Nos muestra un recorrido por las distintas trayectorias de la saga familiar López-Izquierdo, entregada a la arquitectura, su manera de hacer, de sentir y de expresar, vinculada a algo superior al plano individual, una cadena que entiende la vida como oficio, de manera gremial, algo vital.
La exposición quiere mostrar las transformaciones en los modos de hacer, de dibujar la arquitectura. de cómo se ha trasmitido el oficio entre las diferentes generaciones, de cómo ha cambiado el modo de vivir la arquitectura a través de su grafía y su representación abstracta y conceptual a lo largo de cinco generaciones, la forma en la que han recogido el testigo los hombres y mujeres de una familia entregada a su oficio.
Desde el trabajo minucioso, personalizado, en el que la mano del artista imprime su carácter, sirviendo como ejercicio de concentración y realización de quién lo ejecuta, al actual distanciamiento del soporte físico. El soporte es ahora una pantalla, el trazo queda mediado por el teclado. Cambia el proceso del dibujo, pero el resultado no deja de ser la expresión de su autor.
El dibujo o la pintura, la expresión gráfica, no sufre este proceso dependiente de la tecnología, sino que acusará un cambio en su temática y expresión, vinculado a una sensibilidad latente específica de cada momento.
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